Unidos en la Espera: Preparación para la Navidad durante el Adviento
Querida familia Agustiniana:
Reciban un cordial saludo, pido que la abundante bendición del Señor acompañe a cada uno de ustedes. Al llegar al final del año 2024, nos encontramos en un momento propicio para hacer
una reflexión profunda sobre nuestras vidas, evaluando nuestra relación con Dios, con el prójimo y con nosotros mismos.
Me acerco a ustedes y a sus familias en este tiempo, próximos a iniciar el Adviento, un tiempo que nos llena de esperanza y alegría, en el que nos disponemos a recordar el nacimiento
de nuestro Señor Jesucristo en Belén. Pero, sobre todo, es un tiempo para ofrecer nuestro corazón a fin de que Él nazca en nosotros, transformando nuestras vidas.
En un mundo marcado por la inmediatez, es importante preguntarnos: ¿qué esperamos? ¿Tenemos una esperanza clara en algo que trascienda la rutina diaria, o nuestra esperanza está
limitada a lo que podemos alcanzar al día siguiente? El Adviento irrumpe en medio de la vorágine del día a día con el único propósito de recordarnos que nuestra esperanza se encuentra
en Jesús, que nace en el humilde pesebre de Belén. Jesús niño, transformó el frío pesebre de Belén en un lugar cálido; convirtió el mal olor de ese lugar en un espacio donde mana el buen aroma de Dios. Transfiguró la oscuridad en luz. Así como Él transformó ese pesebre, también desea transformar nuestros corazones, convirtiéndolos en lugares llenos de luz, calor y el perfume divino de su presencia. Para ello, es necesario que nos preparemos adecuadamente en este tiempo de Adviento, abriendo nuestro corazón de forma humilde y sencilla para recibirlo.
Por ello, les invito a preparar con cariño sus coronas de Adviento en el hogar. A medida que avancen los días, vayan encendiendo las velas —tres moradas y una rosada—, como símbolo de la luz que irá creciendo en sus corazones, iluminando el nacimiento de Jesús. Además, los invito cordialmente a acompañarnos en la misa del domingo 1 de diciembre a las 11 hrs, donde bendeciremos las coronas de Adviento e iniciaremos juntos este tiempo de espera y reflexión. Será una oportunidad para comenzar este camino de preparación hacia la Navidad, unidos en oración y en comunidad.
Que este tiempo de Adviento sea una oportunidad para la reflexión y la espera en familia, para preparar juntos la llegada de la Navidad. Que la Virgen María nos acompañe en este proceso de preparación, tal como ella preparó su corazón para recibir a su Hijo.
En Cristo y San Agustín,
Fr. Félix García Figueroa, o.s.a
Director de Pastoral.
