La educación no solo se trata de aprender conocimientos académicos, sino también de crecer como personas, desarrollar valores, y fortalecer nuestra fe. Es en este espíritu que hoy celebramos esta misa de bienvenida, pidiendo la bendición de Dios para todos nuestros estudiantes, docentes y familias en este nuevo ciclo escolar.
Les animamos a que abran sus corazones y mentes a las oportunidades que se presentarán ante ustedes.
Que esta misa sea un recordatorio de que no están solos en este camino. Dios está siempre con ustedes, guiándolos y brindándoles su amor y protección. Confiamos en que, con su gracia, superarán los desafíos que encuentren y alcanzarán sus metas.
Queridos estudiantes, este 2025 no podemos quitar la esperanza a los demás. No podemos dejar de ser personas que ayudan a quienes lo necesitan. El mundo necesita esperanza, especialmente en tiempos de tanta injusticia, desigualdad y violencia. Como estudiantes «agustinianos» ,debemos ser portadores de esa esperanza. Esto no significa solo ayudar a quien más lo necesita, sino también poner en común nuestros dones, trabajar juntos para que todos estemos mejor. El bien que hacemos debe ser para todos, no solo para nosotros mismos.
¡Qué en este 2025 todos podamos ser portadores de esperanza, llevando esa luz a nuestros compañeros, a nuestras casas y a nuestros amigos! Y para los 4tos medios, este año puede ser un momento de renovación de su esperanza, para que se conviertan en verdaderos agustinos de esperanza en un mundo que los necesita. Un mundo que necesita jóvenes dispuestos a servir a la sociedad, llevando siempre a Jesús a todas partes.
¡Qué San Agustín nos ayude a ser cada día mejores cristianos y a construir un colegio más fraterno, más comunitario, de excelencia y lleno de la esperanza que Jesús nos regala.
A Jesucristo, el Señor, sea todo el poder, el honor y la gloria, por los siglos de los siglos!
Amén.